sábado, 1 de octubre de 2011

- Hoy -

A mis 23 años puedo decir que he vivido fuertes emociones, pero también otros me pueden decir que apenas he conocido parte de lo que es el vivir. Es por esto que dentro de mis conocimientos emocionales y cognitivos, siempre he tenido presente que la madurez no se logra de un año a otro, quizás nunca llega, quizás no llega plenamente, es por esto que aquel no es mi destino.
Parte de mi personalidad controladora me ha hecho pensar en cómo quiero llegar a envejecer (si es que lo logro), y aparte de ser una vieja Shora y culta, quiero ser feliz. ¿Trillado? la verdad es que sí, pero no por eso menos fundamental.
Día a día voy conociéndome, en gustos, en preocupaciones, en principios y miles de cosas más... y es el encanto que tiene esto, no me aburro de mí, lo paso bien y me sorprendo cada día con las weas que me llegan a interesar. Como también, descubro actos que los aborrezco profundamente y trabajo en ellos para hacerlos desaparecer.
Yo soy mi principal obra, yo tengo mi esencia y a eso le puedo sumar todo lo que quiera y quitar todo lo que me tenga insatisfecha. Si no paso por una etapa, ¿cómo sabré que de verdad no me gusta?, por eso me gusta variar, a mi manera.
No puedo dejar fuera el entorno, mi gente tanto amigos, conocidos como familia. Todo influye en uno, todo afecta a la personalidad y si alguien causa un mal es porque en esta etapa no nos debemos encontrar y quizás con algunos nunca.
Hoy aparte de mis estudios trabajo en esto, en mi esencia, en cómo me quiero sentir y qué es lo que le quiero proyectar a mis seres queridos. No lo veo fácil y hay días es donde me canso de mi misma pero, esto no puede ser algo que se deje a medias, no puedo dejarlo de lado por otras responsabilidades ya que como bien dicen hay que estar bien con uno para hacerle bien al resto.
He aquí mi búsqueda de felicidad, de mi ser.
No quiero que existan "aquellos" quienes me traten mal, que no lo respeten y que mucho menos se sientan obligados a compartir esto conmigo. Si me quieres escuchar, escucha... pero no hagas de mis problemas cosa tuya. Sé una suma, sé un apoyo, sé una palabra de aliento, sé un hombro, sé una caricia, pero sé alguien que esté abierto a compartir algo y que el egoísmo quede atrás. Si no es así, mejor que no estés aquí.
Quizás me demore más de lo imaginado o tal vez sin darme cuenta ya haya concluido una etapa y me esté enfocando en otra, pero quiero hacerlo a mi modo. Es una etapa de transición la que quiero concluir de la mejor manera.

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